El Chevrolet de Mariano Altuna fue el auto más perjudicado de los siete que protagonizaron el espectacular accidente en la largada de la segunda serie del Turismo Carretera el pasado domingo en Rafaela. El piloto de Lobería, realizó mediante su cuenta de Twitter (@MarianoAltunita) su descargo y manifestó la bronca que tiene. “¡Después dicen que fue un accidente normal de carrera! Ese es mi auto”, escribió, adjuntando la imagen.
“La carrera contra el reloj comenzaba en la torre y no en la primera curva… Mi auto está dañado en un 90%. Esto nos complicó y mucho para poder estar en Buenos Aires”, había escrito el Montito el mismo domingo. “Sea quien sea el piloto, mi opinión es para no tener más de estos casos. Es increíble escuchar semejantes pavadas”, añadió Altuna quien afortunadamente, y porque las medidas de seguridad respondieron correctamente, resultó ileso como el resto de los pilotos.
El enojo de Altuna, como el de muchos otros colegas, es con Néstor Girolami, quien originó con su maniobra y posterior despiste, el incidente. Precisamente, el cordobés y el bonaerense desde este año son compañeros de equipo en Peugeot en el Súper TC 2000. Otro de los que expresó públicamente su descontento con el accionar del piloto de Isla Verde fue Norberto Fontana, quien compartió la primera fila de la batería. “Sigo pensando lo mismo. Girolami es un buen piloto pero se pasa de la raya. No tengo ningún problema con Bebu, es una crítica constructiva la mía hacia él y él puede corregir algunas maniobras”, señaló el arrecifeño.
Otros, como el caso de Lionel Ugalde, cargaron más las tintas sobre el estado de la primera chicana rafaelina. “Esa curva no aporta nada más que problemas y es un sector que históricamente genera accidentes que, por suerte, vienen costando poco. También faltan gomas a la salida, algo que lo marqué el viernes en la reunión de pilotos. Y también hay que ver que algunos muchachos están nerviosos y que no levantan lo necesario”, expresó el marplatense. Será positivo que este choque sirva para que se tomen las medidas necesarias, ya sea con los pilotos como con el escenario. Una vez más, la suerte acompañó al automovilismo argentino.
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